5 de Muharram de 1330 H.L.
La respuesta es: La observación juzga que la aleya no se encuentra ligada a las aleyas anteriores que prohíben tomar a los incrédulos como amigos íntimos, de manera que se sale de su consonancia textual pasando a un tono de elogio hacia Amîr Al-Mu’minîn, proyectándole -para la jefatura y el Imamato-, desafiando con el coraje de éste a quienes renieguen, y amenazándoles con su embate; y ello es así puesto que la aleya que inmediatamente le precede es la que contiene las palabras del Altísimo que expresan:
«¡Oh creyentes! En cuanto a quien reniegue de su religión de entre vosotros, (que sepa que) en verdad Dios suscitará una gente a la cual amará y la que Le amará, que será humilde con los creyentes y enérgica con los incrédulos; luchará por la causa de Dios sin temer el reproche de nadie. Esa es la gracia de Dios que confiere a quien le place. Y Dios es Inmenso, Sapientísimo».1
Esta aleya se refiere particularmente a Amîr Al-Mu’minîn y advierte respecto de su coraje2 y el sus compañeros, tal como lo expuso claramente Amîr Al-Mu’minîn el día de la Batalla del Camello y fue explícitamente manifestado por Al-Bâqir y As-Sâdiq -con ambos sea la paz. Ello fue mencionado por Az-Za‘labî en su Tafsîr; fue narrado por el autor de Maÿma‘ al-Baiân de ‘Ammâr, Hudhaifah, e Ibn ‘Abbâs.
La Shî‘ah tiene consenso a este respecto, siendo narrado por ellos en forma mutawâtir de los Imames de la pura descendencia. De esta manera, la aleya de la Wilâiah viene a continuación de la alusión a tal Wilâiah en su persona y de señalar la obligatoriedad se seguir su Imamato. La estipulación textual de la misma conforma una aclaración de esa alusión, y una explicación de toda la jefatura anteriormente aludida a él. ¿Cómo podría decirse después de esto que la aleya fue revelada en el contexto de la prohibición de tomar a los incrédulos como amigos íntimos?
Además de ello, el Mensajero de Dios (s.a.w.) dispuso a los Imames de su descendencia en la misma posición que el Qurán, informando que ambos no se separarían -por lo cual son los equivalentes al Qurán y por cuyo medio se conoce la rectitud-, y se narró de ellos en forma mutawâtir que argumentaron mediante esta aleya3 y se ha establecido que ellos brindaron la exégesis del vocablo Walî tal como lo mencionamos4, entonces no queda validez para tal contexto si es que consideramos categórico que el mismo se contrapone con los textos que de ellos provienen5.
Los musulmanes en su totalidad son unánimes en hacer prevalecer las pruebas por sobre un contexto aparente, de manera que si existe contraposición entre un contexto y un indicio, dejan de lado lo indicado por el contexto y se someten al juicio de la prueba establecida6.
El secreto de ello radica en que no existe certidumbre de que la aleya haya sido revelada en tal contexto, puesto que el orden de compilación del Libro Sagrado no fue acorde a su orden de revelación, según el consenso de la comunidad islámica toda.7
En el orden de revelación mismo hay muchas aleyas expresadas de una manera que no concuerda con el contexto, como sucede con la Aleya de la Purificación (tathîr) dispuesta en medio del contexto referido a las esposas (del Profeta) a pesar de que los textos explícitos la particularizan para los cinco de la Gente del Manto.8
En resumen, desde que asignarle a la aleya lo que no está en conformidad con su contexto es algo que no afecta el milagro Quránico, ni perjudica su elocuencia, entonces no hay inconveniente en acogerse a ello cuando los indicios categóricos lo establezcan.
Was Salâm
Sh.